domingo, 17 de noviembre de 2013

Los templarios en Portugal: de la Orden del Templo a la Orden de Cristo.


Belén Rodrigo. 17/11/2013 http://www.abc.es/
 
Después de la extinción de la Orden del Templo en 1312 por la bula del Papa Clemente V, cumpliendo el deseo del rey francés Felipe el Hermoso, los templarios permanecieron muy activos en Portugal durante los dos siglos posteriores. Los caballeros y todas las posesiones de la orden fueron transferidas a la Orden de Cristo creada en 1319 gracias al rey Don Dinis.
Hablar de los templarios sigue siendo un tema polémico, que guarda muchas incógnitas pero sobre todo levanta mucho interés. Curiosamente hasta hace menos de una década apenas existía bibliografía sobre el papel de los templarios en Portugal y su continuidad en la Orden de Cristo. Uno de los primeros en hacerlo fue le historiador y filósofo Paulo Alexandre Loução, estudioso de las culturas antiguas y del arte manuelino, quien recuerda que “muchos de los símbolos que utilizaban los templarios ya existían en culturas antiguas”. Autor del libro “Los templarios en la formación de Portugal”(editorial Esquilo), resalta el comienzo de la orden de los templarios al mismo tiempo que el reino portugués se separa de Castilla y de León “fue sincrónico, y durante 30 años fue la única orden militar que estuvo al lado del rey portugués”, puntualiza. Fue un momento muy importante en la historia de Portugal, tal y cuando se extingue la Orden del Templo y “Don Dinis no quiso que los templarios acabasen. Eso originó una batalla diplomática que dio origen a la Orden de Cristo, el nombre inicial de los templarios”.
Los templarios habían entrado en Portugal en tiempos de la condesa Teresa de León, hija ilegítima de Alfonso VI de León y de su amante Jimena Muñoz, que fue madre de Alfonso I de Portugal, primer rey luso. De ella recibieron el castillo de Soure en 1127 y más tarde tendrán el Castillo de Longroiva y el de Cera, cerca de Tomar, región que se convirtió en su sede regional. Desde un primer momento, contaron con el apoyo del rey Afondo Henriques, “al inicio lucharon junto a él, crearon defensas, castillos, trajeron de Oriente muchos elementos civilizatorios”, subraya Paulo Loução.
Esta continuación de los templarios gracias a la Orden de Cristo, durante más dos siglos, fue muy activa. “No hay gran documentación pero sería lógico que llegasen templarios de otros países a Portugal”, afirma el historiador. La primera diferencia que existía entre la Orden del Templo y la de Cristo es la pérdida del contacto con Oriente. “Los templarios son extintos, hoy no se saben completamente las razones, pero una de ellas fue la pérdida del reino oriental de Jerusalén”, recuerda el historiador luso. Los templarios estaban muy relacionados con las elites musulmanas y sin ese contacto, “la Orden de Cristo ya no podía ser igual pero mantenía la idea de volver a Oriente”. De ahí que en el siglo siguiente, los descubrimientos liderados por la Orden de Cristo, “van a llevar a que los portugueses lleguen a la India contornando África y uno de sus proyectos seguía siendo la reconquista de Jerusalén”, puntualiza. El infante Don Enrique fue gobernador de la Orden de Cristo y en el siglo XV todos los caballeros de la orden tenían misiones en el mar. Don Enrique fue nombrado Gran Maestre de la Orden de Cristo en 1420, cargo que detuvo hasta el final de su vida.
Con la nueva orden uno de los símbolos que más cambió fue la cruz, que de ser redonda pasó a cuadrada. Los templarios comenzaron en Braga, Peñafiel e incluso se instalaron en Santarém. Al cabo de unos años el rey les da un territorio que sería Tomar donde construyen el castillo y el nicho de la iglesia, del siglo XIII, circular, que es templario. Y después se fue construyendo el convento de Cristo a lo largo de los siglos XV, XVI y XVII.
En el siglo XVI hubo un corte ideológico en Portugal con la instalación de la Inquisición y “lo que había pasado a los templarios franceses dos siglos antes les pasó a los portugueses a mediados del siglo XVI”, afirma el historiador luso. El frade Antonio de Lisboa comenzó a quemar toda la documentación y profanó las tumbas de los maestres. Esta orden estaba formada por caballeros y militares, “se convierte en orden solo monástica y a partir de ahí queda neutralizada”, añade.
Paulo Loução reconoce que el tema de los templarios es algo polémico porque hay muchas divergencias en lo que se refiere a la simbología de los mismos. “Según mi punto de vista el arte manuelina portuguesa continúa los ideales templarios y es un arte simbólica”. Recuerda además que no es posible afirmar cuál era la ideología de los templarios, “una gran parte de la elite toleraba el islam, y eso ya les hace diferentes”.
Durante la dictadura portuguesa los templarios fueron muy exaltados como algo patriótico de la época de ahí que a partir de 1974 existiese una reacción contra los mismos y se asociase con el fascismo. El historiador luso reconoce que en el mundo académico, después del 74, “las tendencias marxistas tuvieron mucha fuerza y se rechazaba todo lo que recordaba al antiguo régimen”. No se consideraba un tema serio para estudiar e investigar.
Con la masonería, a finales del siglo XVII, “se revive mucho el mundo de los templarios”, afirma Paulo, y hoy en día existen “dos mil órdenes templarios en el mundo”. Recordando que los templarios entregaban la vida a la orden (con voto de castidad, pobreza y obediencia), “el neo templarismo, a mi entender, tiene muy poca relación con los templarios”. Fundada en 1119, en plena época de cruzadas en la Edad Media, tenía por fin proteger la vida de los peregrinos cristianos que viajaban hasta Tierra Santa, conquistada por los cristianos tras la primera cruzada. Ahora son otros tiempos pero a pesar de todo hablar de los templarios es un tema que levanta siempre interés, “porque fue la única orden extinta de forma abrupta y porque todavía hay muchos enigmas por resolver”.