El pequeño Don Filippino con su madre Mariana de Austria en un retrato póstumo.
http://www.abc.es/ 10/06/2013
Felipe de Médici (Florencia, 1577-1682) tuvo una corta y triste vida. El hijo pequeño de Francisco I de Médici y Juana de Habsburgo-Jagellón, el único varón tras una serie de niñas -algunas muertas en la infancia-, estaba destinado a disfrutar del poder, la influencia y la riqueza de su familia, impulsora del Renacimiento, pero apenas tenía cuatro años cuando también dijo adiós al mundo. Don Filippino, como le apodaban en la corte con cariño, tenía un hinchazón en el cráneo. Un nuevo estudio de los huesos del niño ha revelado que sufría una deficiencia de vitamina D, lo que le provocó raquitismo.
No era el único. El análisis de los esqueletos de nueve vástagos de los Médici del siglo XVI, pequeños desde recién nacidos a los 5 años de edad, muestra que tenían raquitismo, lo que causa que los huesos se vuelvan blandos e incluso se deformen. Los restos de ocho de los niños aparecieron enterrados en una cripta de la famosa Basílica de San Lorenzo de Florencia en 2004. El noveno estaba en una tumba cercana. El examen de los huesos mostró que seis de los pequeños tenían señales claras de la enfermedad: los huesos de piernas y brazos aparecieron curvos, posiblemente al doblarse cuando trataban de gatear. El pobre Don Filippino tenía un cráneo ligeramente deformado a causa de este mal, una deformidad que se aprecia en un retrato de la época de Giovanni Bizzelli que se ve en la Galería de los Oficios en Florencia.
El raquitismo se previene fácilmente por el consumo de alimentos como huevos y queso y por pasar cortos períodos de tiempo bajo la luz solar, lo que desencadena la producción de vitamina D. La enfermedad se asocia generalmente a la pobreza y la vida en ciudades muy contaminadas con poca exposición al Sol. Pero los niños Médici eran ricos. Para entender por qué tenían esta enfermedad, investigadores de la Universidad de Pisa, según publica la web de Nature, analizaron los isótopos de nitrógeno que se encuentra en el colágeno del hueso, lo que refleja la principal fuente de proteína en la dieta. Encontraron que la mayoría de los niños no eran destetados hasta los 2 años, de acuerdo con la costumbre renacentista. Según textos históricos, la leche materna solo se complementaba con papillas de pan y manzana. Con esa dieta, la ingesta de vitamina D era escasísima.
Para empeorar la cosa, los niños pasaban la mayor parte del tiempo en interiores y vestidos con amplios ropajes, así que apenas les daba el Sol. Incluso los recién nacidos tenían raquitismo. Los investigadores creen que se debe al exceso de maquillaje que llevaban sus madres o a que parieran un gran número de hijos.
Más sobre la investigación aquí.
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